4 de septiembre de 2015

Trinity, sálvame de la basura

Levantar los desechos que alguien más tiró y depositarlos en donde corresponde es algo... ¿tonto? ¿Loable, digno de imitar? ¿Quién le da un calificativo más acertado?
Pero levantarlos para cargárselos a cuestas, es... ¡por decir poco, estúpido! Innecesario, pesado, doloroso, maloliente, fatigoso...
Bueno, pues eso es lo que me ha pasado a mí. Sí, hoy lo descubrí.
En muchísimas situaciones de la vida uno se topa con gente negativa. Gente que lanza calificativos despectivos, que musita sospechas donde no caben, que se atrinchera en su comodidad y si se le pide un apoyo extra, pregunta: "Y, ¿qué saco yo de todo esto?" Gente que se vive comparando con los demás...
De todos esos desechos que dejan a nuestro paso, algo nos va manchando. Si queremos. Por supuesto, porque también podríamos pasar de largo y dejar que lo saquen sin que nos contamine. Pero es que, en la convivencia diaria, es muy difícil no engancharse. Y primero, eres interlocutor, luego confidente, luego cómplice... ¡para terminar siendo el iniciador! De chismes, murmuraciones, difamación, maledicencia, sospechas, desprecios, atrincheramientos, incredulidad...  Así que la voluntad va cediendo y luego es muy difícil retroceder.
Hoy caí en la cuenta que he andado recogiendo los desechos que otros hábilmente han sabido ir dejando a mi paso. Y es posible que ellos sólo los hayan lanzado como cáscaras de banano para que yo resbalara. ¡Qué mal y cuánto daño he hecho!
Debo recomenzar, volver al inicio; cuando el alma era inocente y esperaba en su Dios, sólo esperaba. Miraba, escuchaba y callaba. Porque sabe que Dios al final, no se queda callado. Porque está segura en su refugio, que es Él. Porque sabe que la verdad del corazón sólo la ve Él.
Dejo hoy de recoger los desechos de otros y de adueñarme de la negatividad que nunca fue mía, porque no me pertenece, porque yo no la pedí, porque nací libre para escogerla o rechazarla y sobre todo, para iluminar el entorno donde Dios me ha puesto.
Y si lo llego a hacer, si vuelvo a recoger desechos de alguien más, será sólo para depositarlos donde corresponde: en la basura.